La casa payesa de Can Ros, con más de 300 años de antigüedad. Ofrece una visión amplia de la cultura ibicenca y permite ahondar en la forma de vida rural de la isla. A la entrada de la casa, encontrarán dos carros típicos, que se usaron hasta hace tan sólo algunas décadas. Hoy sólo pueden contemplarse durante las fiestas populares, en las que se organizan desfiles. En el interior encontrarán una antigua cocina, con todos sus utensilios habituales, horno, alacenas y chimenea; herramientas de labranza, una antigua almazara, una introducción a las salinas, la cueva del vino, una exposición de trajes típicos, joyería tradicional, algunas armas y una colección de instrumentos musicales, entre otros objetos. Fue inaugurado en 1994.
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