Templo gótico iniciado en el S.XIII y finalizado el S. XVIII, erigido sobre un antiguo templo árabe. Está dedicado a la Virgen María. Destacan en su interior, el retablo de San Gregorio y una interesante custodia de plata dorada del S.XIV.
Antiguas murallas de la ciudad, construidas en el S. XVI para protegerla de los ataques de la alianza turcofrancesa. Tardaron cuarenta años en construirse. En su interior, encierran un importante legado histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su principal acceso es el Portal de ses Taules.
Un ejemplo de arquitectura racionalista abierto al público Construida por el arquitecto y pintor Erwin Broner en 1960. Bien de Interés Cultural, categoría de Monumento. Donación de Gisela Broner al Ayuntamiento de Eivissa. La obra de Broner se encuentra en distintos enclaves de la ciudad, especialmente en los barrios marineros y el puerto. Esta es su propia casa y se conserva tal y como él la diseñó. También se celebran exposiciones ocasionales de su obra artística y arquitectónica, y de otros creadores contemporáneos. Broner, de origen judío, fue alumno de Le Corbusier y tuvo un papel destacado en el desarrollo de la arquitectura racionalista en la isla, junto con otros creadores como Josep Lluís Sert o Germán Rodríguez Arias. Conoció Ibiza en los años 30 del siglo XX, durante su exilio de la Alemania de Hitler. Tras varias visitas, en 1959 se estableció definitivamente.
La Casa Consistorial ocupa parte de un antiguo convento dominico construido entre los siglos XVI y XVII, del que todavía hoy permanece la iglesia del Convent. De esta iglesia destaca en su exterior el conjunto de cúpulas que adornan la estructura del templo y el claustro.
Situado en la localidad de Sant Joan de Labritja, Balàfia es un conjunto arquitectónico rural con casas y torres de defensa, de origen árabe, donde se respira todavía el ambiente de los tiempos de la Ibiza musulmana.
El recorrido se inicia por la Puerta del Mar, a la que se accede mediante una rampa construida en el año 1870. Con anterioridad, existía un acceso con zigzag que partía del edificio de la Peixateria (pescadería), en el barrio de La Marina. El año 1641 se construyó un puente levadizo de madera que dio lugar a la denominación Portal de ses Taules. Al principio del siglo XX fue sustituido por un puente de obra. A finales de los años ochenta se llevó a cabo una intervención consistente en recuperar el aspecto que tenía el portal con el puente levadizo, y que le ha proporcionado el aspecto actual. La fecha de 1585 que puede leerse sobre el portalón (construido en Palma), conmemora la inauguración de la Puerta del Mar y no la de las murallas. Las estatuas que flanquean la entrada serían descubiertas en el transcurso de las obras de construcción de las murallas y, al tratarse de estatuas romanas, fueron incorporadas a manera de cita clásica, propia de la estética renacentista. Una vez superada la entrada se llega al Patio de Armas, que en el lateral izquierdo tiene un banco adosado, obra de finales de los años ochenta del siglo pasado. A continuación está la Plaza de Vila.
El nombre más antiguo de esta plaza es el de Plaza de la Ferreria (herrería), y con posterioridad fue conocida como plaza de la Fruita, por el mercado que aquí se instalaba. Según Gaston Vuillier, escritor francés que visitó la isla durante el otoño de 1889, en este lugar de diez a once los viernes por la mañana —el día de limosna— los pobres se concentraban para recibir posibles donaciones. Justo a mano derecha, subiendo un tipo de rampa inclinada, se accede al baluarte de Sant Joan.
Es el primero de los siete que tiene la muralla. Es el mayor de todos, y es asimétrico por su cara derecha, más grande que la izquierda. Desde su plataforma hay una interesante panorámica del barrio de La Marina. El baluarte tiene una puerta de acceso que fue abierta en los años sesenta para posibilitar el acceso de los coches a Dalt Vila. Por esta puerta se abandona momentáneamente, para volver a acceder desde el Portal Nou, situado en el Parque de la Reina Sofía.
Un pequeño túnel nos introduce por el Portal Nou de nuevo en el recinto amurallado. Es entonces cuando se inicia la subida al punto más elevado de Dalt Vila, ascendiendo por la Ronda Calvi —nombre que recibe el tramo de muralla entre el baluarte de Sant Pere y el de Sant Jaume, y entre éste último y el de Sant Bernat. Esta ronda, por la que se transita mediante una rampa italiana (que facilita el ascenso), ha sido objeto de diferentes excavaciones y rehabilitaciones que le han otorgado en la actualidad un importante interés histórico. Así, se han desenterrado y dejado a la vista tramos de la antigua fortaleza medieval que permiten entender la existencia de diferentes niveles arqueológicos, y se puede visualizar uno de los rasgos característicos del anterior recinto medieval al que Calvi se refiere en sus escritos: la existencia de casas-muro. El siguiente baluarte es el de Sant Jordi, desde el que se puede contemplar una panorámica de la ocupación turística entre ses Figueretes y la playa d'en Bossa. Es también obligada la contemplación del paisaje desde el siguiente baluarte, el de Sant Bernat
En este punto se encuentra el Castillo, la edificación en la que culmina el Puig de Vila. Antes de la construcción de la muralla renacentista se diferenciaba el Castillo de la Almudaina, pero una vez construida quedaron ambos incluidos. El año 1972, el Ministerio de Defensa donó el recinto al Ayuntamiento, y desde entonces se han realizado excavaciones que han proporcionado testimonios de las diferentes épocas de la historia de Ibiza, desde la fundación fenicia hasta la época catalana, así como rehabilitaciones y algunas intervenciones. Del recinto hay que destacar la Torre del Homenaje y la Casa del Gobernador. Siguiendo la muralla, la calle de la Universitat nos lleva a la Plaza de la Catedral.
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