Éste ha sido, probablemente desde la fundación de la ciudad, el lugar donde se encontraba el edificio religioso más significativo. Desde la conquista catalana de 1235 este edificio es la Catedral. Antes de la conquista, los señores feudales catalanes (Guillem de Montgrí, Pere de Portugal y Nunyo Sanç) adquirieron el compromiso de erigir un templo dedicado a Santa María. El templo inicial del siglo XIV era de estilo gótico. En la actualidad sólo dan testimonio de este origen el ábside y la torre. En el año 1712 tuvo lugar una reforma que le ha dado la actual fisonomía. En 1782, por una bula del Papa Pío VI, en Ibiza se creó el obispado, y la iglesia pasó a ser la Catedral de Ibiza. En esta plaza se encuentra el Museo Arqueológico, justo en el edificio que acogió la Universitat, órgano representativo del pueblo de Ibiza durante quinientos años.
La casa, situada al inicio de la calle Pere Tur, fue edificada a mediados del siglo XVII por maestros genoveses para una familia de mercaderes italianos. Sus constructores parece que también trabajaron en la iglesia del Convento. El edificio es un ejemplo casi único en Eivissa de arquitectura clásica renacentista. Se trata de un edificio exento de tres plantas, tres de sus fachadas dan a calles públicas y la cuarta a un jardín sito en el lado oeste del edificio. La entrada principal está situada en la calle Santa Maria, pero la fachada principal del edificio es la que mira al norte. La distribución de los balcones y ventanas configuran un conjunto coherente donde predomina la simetría de sus formas y elementos decorativos. La configuración exterior del edificio no parece haber sufrido alteraciones importantes del diseño original. El inmueble, también conocido como Can Montero, fue adquirido por 172 millones de las antiguas pesetas por el Ayuntamiento de Eivissa y el Consell Insular. La rehabilitación, muy costosa debido al estado en qué se encontraba el edificio, fue financiada por el Consorcio Eivissa Patrimonio de la Humanidad y superó los 3,6 millones de euros. A día de hoy, Can Botino alberga el Salón de plenos del Consistorio, el Archivo Histórico de la Ciudad, las dependencias de alcaldía y otros servicios administrativos de la institución. Con esta rehabilitación, la ciudad gana un nuevo edificio histórico del cual pueden disfrutar todos los ciudadanos y que estuvo a punto de convertirse en pisos de lujo en manos de promotores privados.
Se inauguró en el año 1978 y es un placer recorrer el mercado y contemplar la selección de puestos, donde ofrecen gran variedad de productos frescos, tanto en pescados, como carnes, verduras o frutas. En la mayoría de los casos se trata de productos de Ibiza, que destacan por su extraordinaria calidad y sabor. Un mercado con mucha vida en el centro de la ciudad, donde siempre ofrecen un trato personalizado a cada cliente.
Lugar singular con diez arcos de medio punto que durante años acogió el primer mercado hippy de la isla de Ibiza, situado justo después del Portal de ses Taules, entrada principal al recinto fortificado de Dalt Vila.
Este barrio junto al puerto de Ibiza, esta formado por un entresijo de calles estrechas con casas blanqueadas en las que se mezclan tiendas tradicionales de artesanía con boutiques de marca y moda adlib, típica de la isla y cuyo color clave es el blanco. La zona de La Marina crece en paralelo al puerto y todo el entramado de sus vías está repleto de tiendas, restaurantes y bares, que en verano permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada, animados por artistas callejeros, drag-queen, go-go’s de las discotecas y artesanos. El ambiente es tan fascinante que el barrio es un constante hervidero de turistas. En esta época del año también es frecuente ver varados yates impresionantes junto a la Plaça des Martell, en el puerto. En invierno la actividad comercial se reduce considerablemente, y la vida transcurre de forma plácida y tranquila.
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